Separar la emoción de la conducta
Cuando reñimos a los niños/as por portarse mal, el niño/a tiende a entender que la emoción que le ha llevado a esa conducta también es mala. Por ello cuando les reñimos hemos de nombrar o buscar conjuntamente qué emoción le ha llevado a la conducta y validarla. Luego se habla del comportamiento concreto no deseado y se buscan alternativas conjuntamente. Ahí el niño o la niña entiende qué le está pasando, aprende a escucharse, aprende que hay diversas formas de reaccionar a un